La tenencia de la tierra actual en Venezuela, tanto en las áreas urbanas como rurales es consecuencia de procesos evolutivos acontecidos en las distintas etapas históricas, que parten de la distribución de la diversa y escasa población originaria en el territorio, de acuerdo a su nivel cultural y modos de vida, lo cual fue impactado de forma contundente en el proceso de conquista y colonización española a partir de 1498, mediante la imposición e implemento de los conceptos de propiedad, posesión y derechos reales en sus distintas vertientes, por medio de la elaboración de escrituras que abalaron la ocupación de tierras, lo cual incidió en la conformación de los nuevos paisajes urbanos y rurales en las distintas provincias que conformaron el territorio de la Capitanía General de Venezuela, y en novedosos usos de la tierra impulsados por el grupo dominante de terratenientes y funcionarios supeditados a la Corona española, relacionados a la economía agro exportadora colonial y de subsistencia, representada por haciendas (plantaciones), hatos, resguardos indígenas y misiones ente otros, con sus puertos y centros de comercio.