Cuando la familia de Emilio descubre que él es autista, comienza un emotivo viaje para comprender su forma única de ver y experimentar el mundo. Aunque Emilio no usa palabras para comunicarse, se expresa a través del ritmo del mar: observa los barcos pasar, escucha las olas y alinea conchas marinas con precisión.
Con nuevas herramientas para comunicarse y una familia dispuesta a apoyarlo, Emilio les enseña a sus hermanos, Octavio y Bernardo, que el autismo ofrece una valiosa perspectiva de la vida. Mientras sueña con ser capitán de barco, su familia descubre que las diferencias pueden abrir la puerta a posibilidades extraordinarias.
Una historia bellamente ilustrada que celebra la comunicación, la neurodiversidad y el poder de la familia.