Quise imitar los famosos Cuentos de Canterbury del autor inglés Chaucer y escribí en forma de romances y cantares de ciego las historias que resumo a continuación. Préstenme mucha atención,
no se distraigan ni vayan, oigan que les cuento historias que estremecen las entrañas.
Sabrán de abejas malignas que a una niña devoraran; de como un padre malvado a la propia hija ultraja sembrando un hijo bastardo en las aun tiernas entrañas; de un gitano que por celos mató a su amante a navaja; de un sujeto desalmado que las Cajas atracaba; de un presunto violador guardia civil en Vizcaya; de un labrador grancanario al que el insomnio aquejaba hasta que con la lectura el buen dormir recobraba; de los billetes que hacían un falso conde y su panda; de un subnormal procesado por matar a subnormala,
y de un cuarentón canijo que con niñas se acostaba.
De un joven randa y curioso que en burro se transformaba; y del martirio que sufre por mor de Roma pagana de Siracusa Lucía doncella, virgen y casta.
Y también de Pascualina, víctima de sádica ama.
Más otros hechos curiosos que desarrugan la cara, alientan la imaginación y dan fuego a la mirada.
Acérquense, señores todos, no se distraigan ni vayan.